Budha Shakyamuni


Siddharta Gautama

"El Buda, posee una característica que lo diferencia de todos los demás maestros religiosos, que consiste en que fue un ser humano sin conexión alguna diferente al resto de los demás seres, con Dios o cualquier otro ser "sobre-natural".
Él ni era un Dios, ni la encarnación de un Dios, ni ninguna figura mitológica.
Sí,  fue un hombre extraordinario, que estaba más allá de la condición humana básica, aunque externamente llevaba la vida de un simple mortal, justamente por eso se le llama buda, "iluminado".-

Por su experiencia personal comprendió la naturaleza verdadera. Nunca pretendió ser un salvador de almas mediante una religión revelada.  Por su propia perseverancia y comprensión, dio prueba de que había infinitas posibilidades latentes en los humanos, y que por sus propios esfuerzos, debían desarrollar y manifestar estas posibilidades.

Buda, fue quien por primera vez en la historia del mundo enseño que se podía alcanzar la liberación independientemente de un recurso externo, que la liberación del sufrimiento, de los conflictos de la vida o del descontento, tienen que ser resueltos y elaborados por cada uno individualmente sobre su propia experiencia y acción.
El Buda advierte a sus discípulos de no trasladar la carga a un medio externo (un salvador, un Dios o Brahma), les indica la senda del discernimiento e investigación, y les insta a ocuparse en la tarea real del desarrollo de sus fuerzas y cualidades internas.
Él dice: "Os he guiado hacia la liberación. Cada uno debe realizar por sí mismo la Verdad, el Dhamma" (Majjhima nº 38).-

Otra característica distintiva del Buda es que nunca reservó su conocimiento supremo sólo para sí. Tal deseo hubiera sido absolutamente inconcebible para él. La iluminación perfecta, el descubrimiento y la realización de las “Cuatro Nobles Verdades”, no es la prerrogativa de una sola persona escogida por la Providencia Divina, ni es un evento único e imposible de repetir en la historia humana. Esta realización está abierta a cualquiera que sinceramente desee alcanzar la perfecta pureza y la sabiduría verdadera, y que con voluntad inflexible cultive el “Noble Sendero Octuple”

Al comunicar la doctrina o Dhamma a sus discípulos, el Buda no hacía ninguna distinción entre ellos, porque no tenía discípulos favoritos, especialmente escogidos. No hay ni siquiera una indicación de que el Maestro hubiese entregado la Dispensación (sasana) a un discípulo particular antes de fallecer. No designó a nadie como sucesor. A este respecto es interesante mencionar que el Buda, antes de su muerte, aclaró a sus discípulos que nunca pensó en controlar la Orden de monjes y monjas, el Sanga. Sus palabras en su lecho de muerte fueron “La Doctrina y Disciplina que he puesto en marcha y formulado para vosotros sea vuestro maestro después de mi partida” (Digha nº 16)".


Texto extraido de:  "Budismo, un mensaje vivo"
Piyadasi Thera, Ed. Kier